Sabrina 1, El mundo 0.

Título: Sabrina 1, El mundo 0.

Autor: Rebeca Rus.

Editorial: Booket.

Año: 2009.

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Valoración personal:

Comentarios:  Hace ya unos cuántos añitos que leí esta historia por primera vez, allá por 2014, pero no sé por qué razón se me quedó la reseña por escribir, así que he aprovechado la relectura para escribirla ahora. En su día, cuando conocí a Sabrina y a todo el elenco de locura absoluta que la rodea, ya caí rendida a sus pies y al reencontrarme con ellos no es sólo que haya vuelto a caer, es que me he enamorado aun más si cabe de lo que lo hice la primera vez. Esa es una de las mejores cosas de las relecturas, que como ya conoces la historia y a los personajes, no sólo te fijas más en los detalles que, la primera vez, te pasaron desapercibidos, sino que disfrutas con más calma de la historia sin el “ansia viva” que te posee la primera vez que la lees por querer saber el final. Me encanta releer, cada vez que lo hago lo disfruto más, pena que no haya tiempo suficiente y tengamos que robarlo de la lectura de otros nuevos libros, con la eterna duda de todo lector: si releo, no leo, ¡HORROR!  

La novela comienza con una ensoñación de Sabrina, su alocada protagonista, que se imagina a sí misma en sueños conociendo al guapérrimo de Ewan McGregor. Como la historia tiene ya unos añitos, algunas de las cosas de las que habla han quedado un pelín obsoletas (programas de televisión, anuncios, actores…), pero bueno, Ewan es Ewan y ahí estoy con Sabrina, el escocés es atemporal. 

Sabrina es creativa de publicidad, un trabajo que suena súper glamuroso pero que no lo es tanto como podríamos creer, sobre todo cuando se te van los días en escribir y diseñar cupones de descuento para supermercados. Pero Sabrina sabe que su oportunidad de destacar llegará algún día, son ya tres años trabajando en la agencia como Junior, y en algún momento LA CAMPAÑA llegará y se convertirá en una súper creativa, admirada por todos. Mientras tanto, se dedica a hacer el vago, a perder el tiempo entre el solitario y las juergas que se organizan de constante en la agencia. Su compañera, Mónica, mucho más responsable que ella, la reprende y la insta a esforzarse y sus jefes, Nico y Daniel, hacen lo mismo, sobre todo Nico, al que parece sacarle de quicio que Sabrina no se esfuerce, no dé lo mejor de sí misma. ¡Qué le den a Nico! Además, es un borde y parece odiar a Sabrina, por no hablar de que no hay forma de verle la cara, siempre con ese flequillo ocultando todas sus expresiones. 

El destino hace que la oportunidad que Sabrina esperaba les llegue por fin, cuando una empresa de perfumes saca un concurso para ganar la cuenta de su nuevo producto estrella, el perfume Decadence. Sabrina está dispuesta a convertirse en la mejor creativa de todo Madrid y parte del extranjero, y se implica como nunca en la campaña, ganará esa cuenta como sea, aunque el pesado de su jefe no confíe en ella, Sabrina le demostrará al mundo, y a Nico, de qué pasta está hecha. 

Una novela con humor satírico y un pelín absurdo que me ha hecho reír las dos veces que la he leído. Entiendo que, si vas buscando una simple comedia romántica, esta no es tu historia porque, aunque SI QUE HAY ROMANCE (¡y qué romance!), las situaciones rocambolescas y surrealistas que rodean a la protagonista son tan, tan absurdas que pueden no gustar a los puristas de la comedia romántica (ríete tú de Bridget Jones…). A mí me ha encantado, me rio muchísimo con ella y con los secundarios que la rodean, con las descripciones humorísticas y metafóricamente irónicas con las que la autora describe el trabajo en una agencia de publicidad. Y, por si esto fuera poco, hay algo más que hace que esta sea una de mis novelas favoritas del género: Nico. Es mis crush literario por definición, caí enamorada de él la primera vez y, esta segunda lectura, sólo ha hecho recordarme lo mucho que me gustaba este personaje, con su flequillo y todo. Es demasiado encantador, misterioso y, en fin, genial. ¡Qué suerte tienes Sabrina!

¡Gracias por leerme!